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| Sábado 10 de septiembre de 2016, Año 8 • Precio: Mil duro. |
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¡Qué bonito! ¡Es San Valentín! ¡El amor, el amor...!
Hoy, en el telediario, además de la previsión del tiempo, van a dar los niveles de azúcar en la atmósfera porque es San Valentín. Atención, diabéticos: salgan con mascarilla. Éste es un día para celebrar que estás enamorado. Aun así, también hay matrimonios que lo celebran.
Así como San Valentín es el día de la gente que se ha atrevido a pedirle “de salir” a otra, San Cobardín es el de los que no. Aunque con lo atontado que vas cuando te enamoras, el patrón de los enamorados debería ser san Jacobo, que murió empanao.
También hay quien siente deseos por una persona, pero ella no lo sabe. Eso antes era un “amor platónico”. Ahora se llama “página web guarra”. Si Platón viviera, sería “platon.com”.
Según los científicos, la responsable del amor es una hormona, la oxitocina, que tiene nombre de tocino oxidao. Se segrega cuando te enamoras y durante el parto. Por eso, muchos enamorados acaban poniéndose a parir.
Lo peor del día de hoy es estar soltero. Si estás soltero en San Valentín, te sientes como un judío en el Museo del Jamón: tú piensas que podrías participar, pero no. Se pasa mucha envidia. Te dan ganas de separar a las parejas que ves por la calle: “¡Ojalá os caséis!”.
Solteros, esta noche no se os ocurra salir a cenar solos, porque la noche de San Valentín hay dos tipos de personas: los que cenan en pareja y los que cenan lo que quieren. Si vas a cenar solo, el resto de mesas te miran mal, como diciendo: “Mira, está solo.” Para disimular, te coges de la mano.
El romanticismo es muy complicado. Un amigo, el Garrido, me pidió consejo para llevar a su chica a un lugar romántico y le dije que valía cualquier sitio con luz tenue, música suave y velas. Se la llevó a misa. Digo: “¿Qué tal?” Dice: “Bien. Un local frío y la música sosa.”
Una cosa está clara: si un ser humano se pone romántico, siempre hay un vegetal que se jode, porque o se carga una docena de rosas, o le hace un tatuaje a un árbol, o deja calva una margarita. La margarita es la única flor que con el amor se queda calva. Te enamoras y a los 15 minutos ya hay una margarita como Anasagasti. Los japoneses han inventado una margarita transgénica de un solo pétalo. No falla. Se lo arrancas y dices: “Me quiere”, y yatá.
¡El amor, el amor...! Todo el mundo lo busca y nadie sabe dónde está. Sólo hay una cosa clara: el amor se hace y luego se nace.
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